¿Llegaste al burnout? Respira, tiene solución 

Te sientes drenado física y emocionalmente, dudas sobre el futuro, sobre el presente y tus decisiones. Sientes frustración, te pesa el cuerpo, tienes dificultad para dormir, aplazas lo importante, te sientes abatido y no le encuentras sentido a tu rutina. Sentirse así es un efecto del burnout. Se trata de la consecuencia física, mental y emocional de someternos a altos niveles de estrés en el día a día, evitando lidiar con él e ignorando los síntomas que al principio son pequeños, pero después se vuelven imposibles de ignorar. 

Los síntomas del burnout no desapareen naturalmente, hay que trabajar con lo que sentimos y pensamos. Llegar a un estado de estrés crónico tan elevado puede impactarnos en el ámbito personal, por ejemplo, afectando nuestro desempeño laboral de manera negativa, o provocando que nos aislemos de actividades que en otro momento hubiéramos disfrutado compartir con nuestros seres queridos. 

Lo único que podemos hacer por quienes nos rodean, es trabajar en nosotros mismos. Tomar acción frente a un burnout es un acto de amor propio, pero no siempre sentimos que tenemos las herramientas para hacerlo. Por eso, te dejamos algunas alternativas que nos han servido para lidiar con él: 

Háblalo 

Si no sabes ni por dónde empezar, es normal. Un buen primer paso podría ser hablar al respecto con tus seres queridos y de confianza. En burnout puede ser tan abrumador que puede parecer una tarea imbatible. Pedir apoyo o simplemente poder platicar del tema con la gente que quieres puede darte información sobre cómo resolver el tema cuando te sientes en el ojo del huracán. La gente que queremos tiene cierta perspectiva sobre nuestras vidas, y muchas veces, la distancia con que la perciben puede ayudarnos a encontrar una solución racional.

Encárgate de lo inmediato 

¿Qué sientes en este momento? Trata de responder la pregunta de la manera más objetiva posible y parte de ahí. Si es cansancio mental, ponte los audífonos y sintoniza a un baño de sonido, sumérgete por completo en el momento y deja a un lado los pensamientos. Si es cansancio físico, toma un baño relajante y permítete no hacer nada, recuerda que cuando queremos ser productivos y estamos extremadamente cansados, los resultados rara vez son favorables. O si sientes ansiedad y frustración, mueve el cuerpo, toma una clase de yoga, estírate, sal a caminar o interrumpe tu rutina  por completo cocinando algo que te encante. 

Distraerte no va a solucionar el problema, pero puede darte la distancia suficiente para poder observarlo sin juicio, y permitirte encontrar una solución objetiva y eficiente. 

Identifica la fuente 

En primera instancia, puede ser que identifiques varios aspectos de tu vida en los que podrías hacer cambios inmediatos, pero por algo no lo has hecho, y es que en realidad, seguro no es tan fácil. Muchas veces, las personas ambiciosas o con ganas de sobresalir pueden llegar a un nivel de sobre exigencia que a la larga, resulta en un burnout. 

Lo primero es tratar de aceptar que realizar todas las tareas que quieres, no es realista. Entonces, pregúntate ¿en dónde debo poner mi atención más inmediata? y luego, comienza a delegar tareas o responsabilidades a quienes corresponda.

Por otro lado, si te sientes abrumado en varios aspectos de tu vida, y no sólo en el ámbito laboral, quizás es momento de quitarte un par de compromisos de encima. Evalúa de qué te haces cargo porque es necesario y cuáles son aquellas responsabilidades que podrías dejar para después o eliminar definitivamente de tu lista. 

Relájate

En el momento, relájate, conecta con tu corazón para bajar la intensidad de la mente, el ruido interno y externo. Con ello logramos más claridad y permitimos que lo que nos abruma se diluya y logremos estar en el momento presente. Para ello puedes hacer ejercicios de respiración o baños de sonido que nos ayudan a estar en el aquí y el ahora. Escuchar aquí

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El burnout tiene síntomas muy parecidos a los de la depresión. Desde el letargo, hasta la indiferencia y tensión muscular aparentemente espontánea. Quizás nuestra cultura ha naturalizado el trabajar horas extras con el objetivo de ser exitosos y sobresalir en lo que queremos, pero recuerda que ningún éxito es tan importante como el de estar sanos, sentirnos bien y encontrar paz dentro de nosotros mismos. Si sientes que estás rozando un burnout o ya estás ahí, todo va a estar bien, aprende de lo que te llevó ahí, tente paciencia y atrévete a reestructurar lo necesario para estar mejor.