Cacao para volver a tu origen y abrir el corazón 

Encontrar tu equilibrio está a tu alcance en todo momento. Aprender a relacionarnos con nuestras emociones de manera asertiva es un proceso que seguramente nos tomará el resto de nuestras vidas. Y encontrar un equilibrio no necesariamente implica “resolver todos nuestros problemas” se trata, más bien, de la posibilidad de encontrar la calma en nuestro interior sin la necesidad de que algo en nuestro entorno se transforme. Es poder apreciar nuestra realidad tal y como es, y permitirnos aprender de los sucesos en nuestro entorno.

La búsqueda de la humanidad por una conexión interna existe desde hace miles de años, a través de ritos, sonidos, experiencias e incluso elementos de la naturaleza, como el cacao. Esta semilla de origen maya era reconocida por nuestros ancestros por sus propiedades naturales. Ahora, a pesar de que es muy fácil adquirir el cacao y lo consumimos con regularidad, tomarlo de manera ceremonial se ha vuelto un rito del que cada vez se escucha más, hemos regresado a él y su magia espiritual. Pero ¿por qué tomamos cacao para conectar con nuestro interior? 

Abrir el corazón 

El cacao viene de la tierra, de donde todo se origina. Desde hace 2 mil 500 millones de años los mayas lo ingerían como bebida ceremonial. Sentarnos, observar nuestro cuerpo, nuestros pensamientos y sensaciones es una forma de arraigarnos. Tomar una taza de cacao en nuestras manos y pausar a analizarla con todos nuestros sentidos es volver a nuestro cuerpo, a nuestro origen. Sentir la temperatura de la bebida, el aroma del cacao y el sabor de la semilla es el primer paso para confiar en el proceso de una ceremonia y escuchar lo que sucede dentro de nosotros mientras recolectamos con todo lo que somos capaces de sentir. 

Trabajar con el cacao permite cultivar la consciencia sobre nuestro presente, empezando en un plano físico y tangible, para trascender poco a poco al emocional, hacia las partes de nuestro cuerpo en donde albergamos las emociones y así, conectarnos con nuestra propia necesidad espiritual. Permitirnos experimentar con algo tan “sencillo” como una bebida nos da la oportunidad de soltar prejuicios sobre la complejidad del trabajo personal, y poco a poco, acercarnos a nuestro origen: sencillo, en calma y con espiritualidad. 

Hormonas del bienestar 

El valor de la semilla del cacao no sólo existe en el contexto cultural. Ya que contiene teobromina, nos ayuda a generar serotonina y dopamina, ambas sustancias químicas que el cuerpo produce de manera natural que son necesarias para nuestro bienestar. La serotonina, a la que también se le conoce como la hormona de la felicidad, actúa como transmisor entre las células nerviosas y juega un papel muy importante en el estado de ánimo, el apetito y la digestión. Además de ser u precursor de la melatonina, hormona que regula los ciclos de sueño y el reloj biológico. La dopamina, u hormona del placer, es uno de los neurotransmisores más importantes en el sistema nervioso central, ya que regula la conducta motora, la emotividad, propicia la relajación e interviene en los procesos de la memoria. 

Meditación

Meditar es aprender a estar presentes, a observar sin juicio. Es volvernos conscientes de nuestra respiración, de nuestras emociones y de las sensaciones de nuestro cuerpo. Al meditar, estamos dispuestos a prestar absoluta atención al momento presente, sin engancharnos, sin emitir juicios, siendo sólo los observadores del momento. Beber cacao antes de meditar puede ayudarnos a alcanzar un estado de concentración profunda. Desde el momento en el que comenzamos a fijarnos en los aromas, el color y la temperatura hasta que prestamos tanta atención a las sensaciones en nuestro interior que podemos casi sentir cómo el latido de nuestro corazón cambia mientras le prestamos atención a nuestra respiración. Observar y permitirnos sentir el efecto del cacao es una forma de meditación. 

Energía para el cuerpo físico 

El cacao es un gran antioxidante que actúa para retardar o prevenir la oxidación de las células en nuestro cuerpo. Tiene un alto contenido de minerales y vitaminas C, B1 y ácido fólico que nos ayuda a sentirnos con energía.  Además, contiene propiedades que estimulan la circulación sanguínea de manera natural, ayuda a regular el balance de agua en el organismo por lo que es un aliado para la retención de líquidos y participa en el mecanismo de contracción y relajación de los músculos. 

¿Has probado el cacao ceremonial? Es una forma de volver a tu origen y experimentar a través de tu cuerpo.

Para mí las ceremonias de cacao han sido transformadoras, me han permitido conectar conmigo, con los demás, ser empática y aprender a no juzgarme y a permitirme sentir en su más grande esplendor. Doy gracias a quienes me acercaron a él de nuevo, porque el primer trago me remonto a muchas vidas, a muchos momentos, y a el poder de ese sabor en mi boca. 

Escríbeme aquí para una ceremonia de cacao y abrir el corazón. También si quieres probar el cacao te recomiendo el de @machicura_