Buscar tu presencia en la cotidianidad

Nuestra rutina cotidiana está llena de estímulos y distracciones que bien podrían funcionar como pretextos para dejar de estar presentes. La ansiedad y el estrés se han convertido en algo que experimentamos muy seguido, y más del 60% de los adultos contemporáneos admiten experimentarla a diario. ¿Tiene que ser así? 

La respuesta es no, está comprobado que tomarnos un momento al día para estar presentes en medio del caos del exterior realmente puede ayudarnos a sincronizar con nuestro cuerpo y calmar el sistema nervioso central. 

Un estudio realizado por la Escuela de Medicina New York Grossman analizó el estado de estrés de un grupo de personas que padecen de un Trastorno de Ansiedad Generalizada luego de una clase de yoga, y los resultados mostraron que el 54% de los pacientes analizados aseguraron sentir una “mejoría general” posterior a la práctica. 

Lograr conectar con nuestro cuerpo y estar presentes puede darle un giro positivo a la forma en la que nos presentamos ante el mundo en el día a día. Te dejamos algunas acciones cotidianas que puedes implementar en tu rutina para aliviar el estrés y sentirte en paz. 

Que la terapia de sonido sea parte de tu día 

Está comprobado que la terapia de sonido logra estimular ciertas partes del cerebro que propician la liberación de estrés y la relajación profunda a través de frecuencias sonoras. Además, las ondas de sonido también tienen un efecto en nuestro cuerpo físico, ayudando a relajar nuestros músculos, permitiéndonos soltar tensiones y toxinas acumuladas. Permitirte hacer una pausa y acudir a una sesión de terapia de sonido tan frecuente como sea posible sería lo ideal, pero está comprobado que una terapia de sonido virtual tiene los mismos efectos que una presencial, por lo tanto, puedes optar por desconectarte de todo, ponerte los audífonos durante 15 minutos diarios y sintonizar al sonido de los cuencos. 

Escuchar terapia de sonido aquí

Practica ejercicios de respiración 

Los ejercicios de respiración o Pranayama son parte fundamental de una práctica meditativa, y sus efectos relajantes son inmediatos y evidentes, incluso ha llegado a ser considerada por muchos yoguis como uno de los aspectos más beneficiosos de la práctica del yoga. Usualmente no estamos completamente conscientes de nuestra respiración, lo hacemos de manera automática e ignoramos su ritmo. Tomar tan solo cinco minutos al día para respirar profunda y conscientemente puede, literalmente, ayudarnos a reoxigenar la mente y el cuerpo, relajándonos a nivel tanto mental como físico.

Medita 

La meditación nos permite estar completamente conscientes del momento presente. Vivimos en una sociedad en la que constantemente necesitamos estar activos y prestando atención a un montón de estímulos externos. Una práctica simple de meditación en la que te vuelvas consciente de tu cuerpo, de tu respiración y en la que te permitas visualizar tus pensamientos sin engancharte a ellos te dará mucha más claridad sobre cómo es que funciona tu mente. Comprender que somos mucho más que nuestros pensamientos y juicios es clave para lidiar con la ansiedad. Proponte meditar cinco minutos al día y observa cómo calmar tu mente le aporta tranquilidad a tu cotidianidad. 

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Trabajar en nosotros mismos es lo más bonito que podemos hacer por nuestro entorno y por todas las personas que forman parte de él. Proponernos mostrarles nuestra mejor versión no sólo es un acto de amor propio, sino también una demostración del afecto que les tenemos. Conecta contigo mismo y permítete sentir tu presencia consciente en todas las facetas que te componen.